Cómo evitar preocuparnos y eliminar los problemas
Una de las consultas más frecuentes en nuestro Centro de Psicología en Valencia y Online es la de controlar las preocupaciones. Muchas personas nos llaman diciendo «Laura, necesito dejar de preocuparme» o «quiero dejar de pensar«. Desde el principio explicamos que no pensar es imposible, pero, con las herramientas adecuadas, podemos tener pensamientos más sanos, reducir la rumiación y darle menos vueltas a las cosas. En este artículo te explico por qué nos preocupamos y cómo manejar los problemas que nos angustian.
¿Qué son las preocupaciones?
Las preocupaciones son pensamientos angustiosos alrededor de un tema recurrente. Pueden aparecer alrededor de situaciones pasadas de las que no estamos orgullosos, nos arrepentimos o sentimos culpa. Aunque lo más probable es que nos preocupemos por situaciones futuras, que todavía no han sucedido y que solemos anticipar que van a tener un desenlace catastrófico. Es decir, los temas que nos preocupan suelen enredarse porque nos generan una emoción de ansiedad o incertidumbre ya que pensamos que algo peligroso para nosotros va a pasar.
Ejemplos de preocupaciones
Algunas situaciones comunes provocan preocupación pueden ser:
- Examen escolar
- Prueba médica
- Conversación importante
- Entrevista de trabajo
- Reunión con el jefe
- Cambio de ciudad
- Discusión con una persona
- Toma de decisiones complicada
Cada persona tiene sus propias rumiaciones y temas con los que entra en bucle. Todos ellos se caracterizan por aportar una gran carga emocional de angustia, estrés, inseguridad, ansiedad o tristeza.
Por qué nos preocupamos
En muchas ocasiones, contamos con la creencia de que preocuparnos es bueno porque nos ayuda a solucionar problemas. Esto es falso, ya que no sabemos con que herramientas vamos a contar en un futuro ni como sucederán los acontecimientos.
En nuestro Centro de Psicología en Valencia y Online trabajamos las preocupaciones con la terapia cognitivo conductau
La preocupación funciona como un mecanismo de control. Pensamos que si nos preocupamos podremos estar más preparados para hacer frente a posibles peligros. De este modo se activa nuestra ansiedad, ante la señal de alerta que le manda nuestro cerebro.
Es decir, lo que seguro que vamos a conseguir preocupándonos por un problema es experimentar ansiedad. Y esto es seguro que no te va a ayudar a plantear soluciones con calma y de manera racional.
Por qué nos agotan las preocupaciones
Las rumiaciones nos producen ansiedad y agotamiento mental. Entramos en el bucle de buscar soluciones una y otra vez a problemas que no existen o que no se pueden tratar en ese momento.
Generalmente dedicamos mucho tiempo a pensar y repensar cosas que después no suceden, pasan de otra manera, o al final «no ha sido para tanto».
Por tanto, preocuparnos en exceso puede generarnos problemas de ansiedad, depresión, insomnio, inseguridad, entre otros.
Control vs. Regulación en las preocupaciones
Es importante que diferenciemos entre controlar nuestras preocupaciones y regularlas. Como comentaba al principio del artículo, es imposible no pensar y es muy normal que, a diario, vengan pensamientos angustiosos a tu mente. Querer controlarlos o eliminarlos podría llegar a ser incluso contraproducente, es decir, podría aumentar la frecuencia de esos pensamientos.
Por tanto, lo que tenemos que hacer es regularlos, poder posponer la preocupación cuando no pueda hacer nada por solucionarla y bajar la ansiedad cuando pueda tomar decisiones para que éstas sean más acertadas.
Cómo dejar de preocuparnos
¿Qué parte del problema está bajo mi control?
Si es un problema en el que puedes intervenir, define tu área de influencia y toma decisiones al respecto.
Para evitar la rumiación y anticipación, anota los pensamientos que te preocupan de la manera más objetiva posible y leelos cuando empiece otra vez la preocupación. De este modo, no tendrás que discutirlos tantas veces, ¡eso agota!.
Mi curso Maneja tus pensamientos, mejora tu vida te ayuda a controlar las preocupaciones
Por ejemplo, quiero pedirle un aumento al jefa pero está de vacaciones. En mi control está buscar un buen momento y una forma apropiada de decírselo. No puedo controlar como ella reaccione ni si me aumenta el sueldo o no.
La lista de pensamientos dará solución a pensamientos catastróficos como un despido o que la jefa se enfade.
¿Cómo afecta el problema en mi vida?
Es importante que te hagas esta pregunta y que delimites el impacto del problema. En general, tendemos a generalizar. Es decir, si tengo una preocupación respecto al trabajo, termina influyéndome en todas las áreas de mi vida, por ejemplo, familia y amigos. Tenemos que aislar algunos factores y blindar el resto de parcelas de mi día a día.
Bajar la ansiedad
Mediante el trabajo de los pensamientos con la terapia cognitiva conseguimos mantener la ansiedad en niveles controlados. Esto hará que valores el problema de una manera más clara y tomes mejores decisiones.
Tomar decisiones
Una vez aislado el problema y disminuida su intensidad emocional debemos tomar decisiones. Recuerda elegir el momento apropiado. Puedes tomar una decisión y esperar un tiempo para ejecutarla.
¿Qué parte del problema no está bajo mi control?
Si tu problema depende de otras personas o de causas externas, la solución es la aceptación.
Debemos diferenciar la aceptación de la resignación. No consiste en frustrarnos, sino en aceptar de manera consciente que no podemos hacer nada en este momento.
Tenemos que sustituir el pre-ocuparnos por ocuparnos, hacer lo que debamos en el momento que suceda.
Además, debes aprender a gestionar la anticipación mediante el trabajo de tus pensamientos. En nuestra Consulta de psicología en Valencia y Online trabajamos con la terapia cognitiva los pensamientos que nos hacen daño. Además, mi curso Maneja tus pensamientos, mejora tu vida puede ayudarte.
Para que la preocupación no impacte en mi vida debes mantener tus rutinas de sueño, alimentación, actividades agradables, etc.
Conclusión sobre manejar las preocupaciones
Como ves, existen varias maneras de disminuir tu rumiación y dejar de darle vueltas a los problemas. Recuerda que con un estado más calmado y eliminando la ansiedad podrás ver las dificultades con mayor claridad y tomar mejores decisiones. Si sólo no puedes, busca ayuda de un psicólogo experto en ansiedad y en el trabajo de los pensamientos.